viernes, 1 de enero de 2010

Habla Perro que te escucho.

Con cada letra del teclado presionada una sensación de liberación se descarga. Siento la poderosa energía que le transmito. He aquí otra vez la Bestia Escupida, ¿Qué tal?.
Mis paradójicos pesares realzan la voz de Robbie Williams que como música de fondo se transforma en una productiva fuente de inspiración intensificando mis ganas de burlarme ironicamente de Sus defectos.
La verdad es que la siguiente alegre melodía no hace más que relajarme mientras trato de concentrar en la parte frontal de mi cerebro aquellas quejas que me llevaron a la necesidad de desquitarlos. ¡NO! ¡Piedad! Desisten, ¡DESISTEN!. Me abandona la agresividad mientras una ola de paz y resignación me inunda, ahogandome lentamente.. Pero esperen.. Dulce, morboso, cínico, sí, sí.. Cambió la melodía. Penetra en mis oidos, martilla mi razón, y codifico aquel conjunto de sonidos lentos, depresivos, completamente noscivos. Y lo que estaba esperando.. Vuelvo al origen. Ese placentero círculo vicioso, esa guerra sin fín dentro del ser humano entre el equilibrio y su opuesto.
Pero entonces, pierdo la linea de mis pensamientos y me quedo sin palabras viajando en la profunidad de la variedad. Espero unos segundos inmóvil. Miro al computador para ver su reacción, y siento su presencia irritante clavada en mis ojos. Intimidada giro mi cabeza hacia el costado derecho para desviar la mirada (Él es mi único confesor, y por lo tanto, mi silencio lo insulta).
Cierro los ojos y los presiono, no tengo que perder la paciencia, ya entraré en un mundo paralelo. Desafortunadamente permanezco quieta mientras acompaña a mis ojos ciegos en su soledad una sutil lágrima ingenua y traicionera, escapándose de su nido. Un suspiro anuncia su llegada y se une al festín. Y como en una décima de segundo, comenzaron junto a mi ritmo respiratorio a componer una sinfonía caprichosa, insistente, rápida. Perdieron la paciencia y llegando a su orgasmo, se apresuraron los sonidos. Pero de repente, pasó por delante de mis ojos un MOSQUITO. Su aporte musical desafinado cortó mi inspiración y concentré ahora, mi desesperación en ese ser abomibale. Pero ya me ocuparía de él, por lo pronto, me dedicaría a expresarme..
¡TONTERIAS!
Tengo ganas de ir al baño.
Con pesar muevo los miembros de mi cuerpo dirigiendome a mi nueva meta. Ya es hora de ir a dormir y no tengo sueño -Insomnio de una mente perturbada-. Preferiría hacer lo que NO debería hacer a esta hora, pero mi moral casi estricta no me lo permite. Lo prohibido es una tentación furiosa que provoca mi carne. Tiro la cadena, y paso por Su cuarto. La puerta está entreabierta, permitiendo la salida de gritos terroríficos de alguna típica noticia de las 12 PM. Me paro en seco, y sin que notacen mi presencia, me quedo observando la situación unos minutos. Y así es como la veo: acostada dormitando.. Inmovil, cansada, resignada, completamente indefensa, y hasta moribunda. Y ahí es cuando resurge mi compasión. Aquello que me hace comprender su esfuerzo y su niñez que la lleva a actuar de la manera que lo hace.. Aunque Chiquita, nadie te quita lo bailado. Perra egoista, somos todos insignificantes.


12:01
La nada.